Somos curiosos, sí, tenemos curiosidad por descubrir que es lo que realmente cobran y poseen nuestros políticos nacionales, pero, ¿se debe sólo a eso, a una razón de curiosidad nada más, o más bien a la desconfianza y extendidas razones de que los políticos amasan patrimonios que escapan a razones puramente entendibles y legales?
Hoy, por vez primera en esta democracia que tenemos, se han hecho públicos los patrimonios de todos los Senadores y Diputados, sin embargo llevan caídas las webs de ambas cámaras todo lo que va de día, a pesar de todo se han podido conocer ya algunos datos. De buenas a primeras se confirman patrimonios sorprendentes, coches de lujo, cuentas corrientes con 400.000 € , pisos allí aquí y más allá, herencias por todos lados y de enormes cantidades, donaciones y un largo etc. de cuentas que al ciudadano de a pie, al que es mileurista y le piden que se aprete el cinturón le parecen vergonzantes, indignantes, básicamente porque todos esos datos tienen un extraño tufillo repleto de incredibilidad.
Esta bien que se hayan hecho públicas, por fin, las cuentas de nuestros representantes políticos (por culpa del #15m) pero no basta con ello, esto sólo demuestra los privilegios de los que constan los políticos respecto a los ciudadanos de a pie.
Dicho todo esto, ¿puede un político con múltiples herencias, 4 pisos y 300.000€ en el banco tener la potestad ética de pedir a miles de familias que se apreten el cinturón, que paguen más impuestos, sus hipotecas, más caro el recibo de la luz, que cobren menos sueldo y un largo etc.? Evidentemente no.