No han tardado algunos en alzar la voz para arremeter contra la presidenta de Argentina Kirchner, en sus razones pesa mucho el orgullo patrio, aquello de que hay que defender lo nuestro siempre por encima de cualquier decisión por bien tomada o razonable que pueda ser (desde el punto de vista argentino).

Lo cierto es que uno poniéndose en el lugar de Argentina sólo podría sentirse orgulloso de la nacionalización de una empresa que reporta beneficios y que por tanto ofrecerá más riqueza al conjunto del país.

Quizás entonces la rabieta y beligerancia de aquellos que piden venganza contra Argentina sea precisamente porque aquí no pasa eso, por que aquí cuando una empresa va bien se privatiza (loterías y apuestas del estado esta en proceso) como ya ha pasado con muchas empresas que todos conocemos y sigue pasando.

El gobierno hará mal en centrar sus iras contra Argentina cuando precisamente no tiene el valor para plantarle cara a Merkel y Europa para evitar que le marquen el camino de la tortura económica al que nos someten. Tampoco hará bien en defender a Repsol, una empresa que aunque es española gran parte de sus dividendos no tributan en España, ¿qué pensarán de esto los cientos de miles de autónomos y pymes que aún siguen sin tener una salida a su ya larga agonía?