El PP gana las elecciones generales por mayoría absoluta. El PSOE cae más allá de los 50 escaños que en 2008 tenía y obtiene sus peores datos en democracia.
El reparto de escaños es similar a las encuestas de meses atrás, de poco o nada han servido 15 días de campaña electoral, lo que confirma la ineficacia e innecesario de las campañas electorales tal y como las conocemos para captar votos. Dicho reparto pone énfasis en dos aspectos muy a tener en cuenta, la perdida de poder la izquierda española y el mayor número de escaños para partidos regionalistas o nacionalistas que dejan un mayor número de partidos.
La izquierda sale muy mal parada, pese a subir en escaños IU, no es suficiente como para sentirse satisfechos, puesto que pese a la sangría de votantes socialistas no han sido capaces de ocupar el hueco dejado por el PSOE. Un dato clarificador entorno a esto es que entre PSOE e IU obtienen en torno a 120 escaños, lo que se traduce en una perdida de poder de la izquierda enorme y no hace más que confirmar la fractura que actualmente existe en España en la izquierda, algo no funciona, y no es que no exista de repente gente de izquierdas, sino que probablemente no esta representada.
El hueco que precisamente ha dejado la izquierda lo han ocupado UPyD y otros partidos, como nacionalistas y regionalistas, es decir, ganamos en pluralidad de partidos, pero avanzamos en desigualdades de representación electoral que se agravan con la actual ley electoral.