Se esta viviendo una serie de hechos insólitos, la policía esta siendo reprimida y expulsada por grupos de gente que de modo organizado consiguen su propósito, por lo general gente relacionada con el #15m.
Se trata de acciones como las llevadas a cabo estos días en el barrio de Lavapiés, acciones en las que un grupo considerable de gente planta cara a la policía municipal primero, y después incluso a los antidisturbios. Estamos pues, ante hechos que pueden tratarse como delictivos por resistencia a la autoridad, e incluso desobediencia o faltas graves contra esta, puesto que, incluso en las imágenes mostradas por televisión se aprecian agresiones con lanzamientos de piedras y objetos.
Las acciones llevadas a cabo puede que estén basadas en razones justificadas, pero abren un peligroso argumento a quienes no teniendo la razón puedan utilizar los mismos métodos. Ya pasó hace unas semanas con una Etarra a la que no se pudo detener porque un grupo de personas evito que fuese detenida. Pero en Lavapiés podría pasar lo mismo, si una persona comete un delito de trafico de drogas y un puñado de personas se interpone a la intervención de la policía, sería la misma acción de desobediencia a la autoridad pero con unos hechos doblemente ilícitos.
Entonces, ¿deberemos plantearnos en que situación quedará la autoridad de la policía ? Es grave lo ocurrido por las repercusiones que en el futuro puedan tener, sobre todo, por que cuestionar algo tan fundamental como los cuerpos y fuerzas del estado entraña un peligro para los mismos derechos y obligaciones establecidos en la constitución.