Podemos caer en muchas de las razones que algunos esgrimen para rechazar el desfile de las fuerzas armadas como el mayor símbolo de nuestra fiesta nacional. Básicamente se reducen a dos. Están aquellos cuyas razones se remontan al siglo XX con una dictadura que hizo del desfile en sí una imagen del poder totalitario, y de su fuerza militar como la muestra de poder ante los contrarios al régimen. También se dan aquellas circunstancias que se remontan más lejos en nuestra historia, las de dominación y colonialismo salvaje que acabo como ya todos sabemos.
Podemos y tenemos razones negativas más que suficientes para no sentirnos orgullosos de nuestro pasado, pero en realidad, ¿qué país no tiene un oscuro pasado del que no sentirse orgulloso? Es necesario e importante, no sólo conocer nuestro pasado, sino aceptarlo e integrarlo en nuestro presente y futuro para forjar una identidad como nación.
Ahora bien, volvamos al desfile de las fuerzas armadas, ¿acaso no son importantes nuestros militares, nuestra seguridad? por supuesto que sí, y es normal y necesario honrar su trabajo, sentirse orgulloso de aquello que realizan, pero no con todo lo que hagan, es ahí, en esa crítica, en esa diferencia donde surgen las diferencias de quienes piensan que por diferir de opinión uno no es español. En realidad no es que uno sea menos español, sino que entiende que es español por muchos otros motivos, no por su fuerza militar, si por los valores de los que un país como España debe sentirse orgullosa.
Así pues existen muchas razones por las que nuestro día de la fiesta nacional no debería hoy en día ceñirse a un desfile de fuerzas armadas pues el poder militar de un país no representa el conjunto de una nación. Tenemos muchas más razones para celebrar nuestra fiesta nacional como un acto civil y ciudadano que represente todos los ámbitos de nuestro país. Desde la cultura, el deporte,la ciencia, nuestros logros, la política, nuestra historia, nuestra democracia, constitución e instituciones, los empresarios, nuestros funcionarios, nuestros servicios sociales, el medio ambiente, las personas dependientes, los desfavorecidos etc. ¿Acaso todo esto no es más representativo que un desfile de las fuerzas armadas en la España actual que tenemos? Y visto así, ¿por qué el día de nuestra fiesta nacional no es el de la Constitución? Ese día tiene mucho más peso representativo por reflejar el texto constitucional todos los derechos y deberes que nuestra democracia, una vez instaurada nos define como país.
Que el día de la fiesta nacional lo sea para todos, sin exclusiones y lo más representativa posible es un debe aún, de cambiarla y ajustarla a los tiempos actuales depende la evolución de la misma en el futuro.