Euskadi, un viaje por tierra y mar de sensaciones

Euskadi tierra y mar de sensaciones

Recientemente tuve la oportunidad de visitar el País Vasco y tras la vuelta me he decidido a escribir este post en el que te invito a conocer mi experiencia durante ocho días por esas maravillosas tierras, quizás a la par que desconocidas por mucha gente, tal vez también sea tu caso.

Tenía la extraña sensación de echar en falta la visita a Euskadi, he de reconocer que nunca me había llamado la atención, tampoco era un destino ciertamente turístico hasta hace bien poco a nivel nacional por los motivos que ya todos conocemos en parte, pero en cualquier caso, todo aquello ya parece empezar a quedar muy atrás. Tras algunas buenas recomendaciones en la red y unas cuantas fotos de esas que te dejan con la boca abierta de paisajes quedé convencido. Antes de que sigas leyendo te advierto, por si ya lo has pensado, que no he visto «8 apellidos vascos» ni conocía nada relacionado con los lugares que se muestran (ahora si me planteo verla) por lo tanto puedo afirmar que la planificación del viaje no estaba nada influenciada por el éxito de la película como si ocurre con muchos de los viajes que se están haciendo este verano hasta allí.

Ocho días y una planificación

El objetivo era visitar sus tres ciudades, Bilbao, San Sebastián y Vitoria-Gasteiz, además de conocer todos los pueblos costeros dejando un poco de lado incursiones en rutas por la montaña e interior. Así pues, decidí organizar visitas de un día entero para cada centro-ciudad, el resto de días serían para visitar zonas próximas a la costa.

Por la cercanía relativa de las tres ciudades y zonas a visitar decidí establecer Eibar como ciudad base donde alojarme siete noches. Con buenas comunicaciones vía autopista o nacional si vas en coche, o por tren de cercanías a Bilbao y San Sebastián, es una encrucijada equidistante para visitar casi cualquier zona. Como te decía, la autopista se toma allí mismo en Eibar y aunque es de peaje, no es cara. Si te desplazas por coche directamente a cualquiera de estas ciudades te recomiendo que la cojas, la orografía de Euskadi es un continuo vaivén de subidas y bajadas por montañas así que compensa mucho por la cantidad de tiempo que se consigue reducir en lugar de las carreteras nacionales o regionales.

Eibar es la ciudad más vertical que he conocido, prácticamente toda la ciudad se encuentra construida en las laderas de montañas, apenas la calle principal queda en llano. Tal es el desnivel que las escaleras mecánicas son en ocasiones toda una necesidad para tener acceso a las zonas más altas. Pero también tiene su encanto vivir entre montañas, como por ejemplo ver a diario como las nubes se quedan enganchadas en lo alto de las mismas trayendo algo de lluvia. De Eibar además me sorprendió el estilo de vida, de como la ciudad a partir de las 19h. parecía cobrar vida y bullicio en sus calles. Con una jornada laboral que acaba antes y el cierre incluso de comercios más temprano a esas horas las terrazas de los bares de pinchos están repletas hasta que cae la noche. Una misma copa de vino por lo general suele durar fácilmente una hora, la excusa para relacionarse y conversar.

San Sebastián

De esta ciudad te puedo decir una cosa, tiene la fama que tiene por sus pinchos y es más que merecida. En el casco viejo una serie de estrechas calles están llenas de bares en los que degustar exquisitos pinchos de forma rápida y teniendo mucho dónde eligir. Olvídate de encontrar un restaurante donde comer a menú, en esa zona te costará además mucho encontrarlo.

San Sebastián playa de la Concha por RaMGoN

Como visitas obligadas están por supuesto su paseo de La Concha, el Kursaal, Teatro Victoria Eugenia, Peine de los Vientos y la antigua fortaleza en lo alto de la ciudad vieja, para subir te recomiendo que vayas con calzado cómodo y fuerzas, la subida es muy pronunciada y se tarda al menos media hora de subida, aunque una vez arriba con las vistas de toda la bahía de la Concha, la ciudad vieja y nueva y el mar merece mucho la pena, además encontrarás un museo con buena parte de la historia de la ciudad. Si tienes la suerte de encontrar un buen día un baño en la playa de la Concha tras el esfuerzo seguro que es reponedor, aunque te diré que no me parece ni mucho menos de las mejores playas del País Vasco.

Bilbao

Es enorme si se incluye su extrarradio, la visita la planteé al centro histórico, su ría y por supuesto al Guggenheim. Del museo te he de decir que es una visita obligada y que por pocas fotos que quieras hacer se te irá en su visita toda una mañana, o tarde.  Aunque siempre hay cola para entrar suele ir bastante rápida. Te recomiendo que tengas muy en cuenta cuándo harás las fotos al exterior, si vas por la mañana no las dejes para la salida, seguro que saldrás tarde, con hambre, prisas y además la luz será bastante mala. Si vas por la tarde todo lo contrario. El museo te atrapa tanto por fuera como por dentro, el contenido, al menos a mi, es lo que menos me interesó.

Guggenheim por RaMGoN

El centro histórico queda un poco alejado del museo, pero siguiendo la ría del nervión ya sea caminando o en tranvía llegas en poco tiempo, calles estrechas, edificios antiguos y bares con mucho encanto donde por supuesto el pincho es el protagonista. A Bilbao te recomiendo venir un día de semana o sábado, nunca domingo o encontrarás la ciudad más apagada de lo normal. Para llegar el tren es una muy buena opción.

Vitoria-Gasteiz

Tiene marcadas diferencias con respecto a las otras dos ciudades, ya de por si el clima y el paisaje cuando te aproximas a ella cambia  por completo. Es una ciudad grande en extensión, con nuevos barrios, avenidas enormes, prácticamente llana salvo en el centro histórico que ha sabido conservar y conjugar muy bien  con esa modernidad con la que está también impregnada la ciudad. En sus calles del centro histórico es fácil cada pocos metros encontrarse con edificios antiguos y con mucha historia que guardan todavía ese aspecto de antaño.

Vitoria-Gasteiz por RaMGoN

 

A la hora de comer por la calle de la cuchillería podrás encontrar buenos restaurantes en los que degustar menús estupendos de gastronomía vasca. Y por supuesto no debes dejar de ir a la plaza de «La Blanca» y hacerte una foto en ella con el nombre de la ciudad. Si aún tienes tiempo de acercarte al extrarradio podrás disfrutar alguno de los maravillosos parques que integran el cinturón verde de la ciudad, a mi no me dio tiempo.

La costa de Guipuzcoa

Esta parte del litoral vasco tiene fabulosas playas, acantilados y pequeños pueblos con mucho encanto. Así pues, dos días los dediqué a toda esta zona de costa con localidades como Mutriku, Deba, Ondarroa, Zumaia, Zarautz, y Getaria.

Entre Deba y Zumaia no debes de dejar visitar toda la línea de costa con el conocido flysch y su Geopark con formaciones de acantilados de 60 millones de años. Puedes visitar estas formaciones por tu cuenta, tal como hice yo, recorriendo en coche la carretera que serpentea por estos acantilados con varios miradores y zonas por las que acceder, o bien si vas con más tiempo reservar una visita guiada en barco y así verlo desde el mar.

 

Acantilados de Deba y Zumaia por RaMGoN

 

Muy cerca de Deba queda Mutriku,  bonito pueblo pesquero que mantiene su casco histórico de otras épocas y ese encanto de pueblo marinero.

Las playas de Zumaia y Deba te gustarán, por ser de arena y estar en un entorno muy bonito, pero sin duda me quedo con la playa de Zarautz con dos kms de largo de arena casi blanca y fina, con aguas cristalinas que la convierten en la playa más grande de todo Euskadi. Pero también tiene como atractivo su enclave natural, contar con la posibilidad de hacer surf o de poder tomarte algo en el restaurante-hotel de Karlos Arguiñano a pie de playa. Sin duda, para mi, la playa de Zarautz está entre las playas favoritas en las que me he bañado. Como anotación, no te dejes engañar por no ver ninguna bandera azul en estas playas, desde hace años los ayuntamientos de Guipuzcoa renunciaron a ellas  y apostaron por certificaciones EMAS e ISO 9001 y 14001 que son más completas incluyendo más aspectos de gestión ambiental.

 

 Playa de Zarautz por RaMGoN

La costa de Vizcaya

Decidí recorrerla en dos días, diferenciando en dos zonas, una de ellas la más cercana al gran Bilbao, con Portugalete y Getxo, y la otra zona con la reserva de la biosfera del Urdaibai.

Portugalete y Getxo  están sólo separadas por la ría del nervión, y por supuesto su puente transbordador,  que es una maravilla de la ingeniería de su época y que te recomiendo usar, ya sea en coche, o andando, por la parte de arriba del puente hay unas vistas panorámicas impresionantes, pero el precio es caro, si cruzas tomando el transbordador de la parte de abajo te resultará, si vas en coche, mucho más económico que darle toda la vuelta a la ría. Otra opción es llegar en metro desde Bilbao, a ambas ciudades llegan una línea de metro. Si decides darte un buen paseo por Getxo puedes visitar el paseo de los palacetes con vistas a la desembocadura de la ría y el puerto.

Puente colgante Portugalete Getxo por RaMGoN

La reserva de la Bioesfera del Urdaibai posiblemente requiere para ser visitada mucho más que un día. Es de visita obligada, aunque no está dentro del Urdaibai, pero si muy cerca, San Juan de Gaztelugatxe, el lugar-monumento más visitado y fotografiado de todo Euskadi. Se trata de una ermita situada en lo alto de una pequeña isla que sólo está conectada con tierra por una estrecha escalinata de 241 escalones, pero antes de llegar a los escalones deberás bajar todo un sendero de tierra y montaña, así que toca ir preparado con buen calzado y ropa. Pese al esfuerzo que requiere llegar a lo alto de la ermita, merece mucho la pena. Cuando llegues deberás tocar la campana tres veces y tras ello pedir un deseo, si se te cumple deberás volver. Tras el esfuerzo a la vuelta por ese camino te recomiendo parar y tomar algo en el restaurante que hay al subir, las vistas hacia la ermita y los acantilados son impresionantes desde su terraza acristalada.

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Muy cerca se encuentra Bermeo, otro pueblo de pescadores, conocido en otra época por ser ballenero, en él se pueden encontrar muchas referencias a ese pasado en su puerto. Justo a la desembocadura de la ría del Urdaibai está Mundaka, con su conocida ola, no es de extrañar que encuentres surfistas. Su pequeño puerto es una improvisada zona de baño  a modo de piscinas, así como la pequeña playa de arena.

Al otro lado de la ría un pueblo pesquero muy pequeño merece mucho la pena de ser visitado, se trata de Elantxobe, escondido y construido sobre la ladera de la montaña este antiguo pueblo de pescadores te cautivará, eso sí, el desnivel es enorme. Por último Lekeitio, aunque ya fuera del Urdaibai también merece ser visitada, también con estupendas playas que disfrutar de arena.

 

En definitiva, esto es lo que me dieron de si los ocho días, es difícil abarcar más en tan poco tiempo, Euskadi requiere mucho más tiempo para conocerlo mejor, pero me quedo con la amabilidad de su gente, que siempre están dispuestos a ayudar, aunque no se lo pidas, con su gastronomía y con su maravilloso entorno de tierra y mar que como bien indico en el título de este post te hacen sentir extraordinarias sensaciones.

 

Todas y cada una de las fotografías mostradas en este post han sido efectuadas y son de propiedad del autor de este blog, RaMGoN, queda prohibida su reproducción o uso sin el consentimiento de su autor. Todas las fotografías tienen todos los derechos reservados. 

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